Ante una situación en la que se nos plantean dudas, podemos revisar las siguientes cuestiones:
¿Cuál es el peor escenario que me planteo?
¿Qué evidencias tengo de que esto va a suceder?
¿Qué emociones siento cuando me hago estas preguntas?
Entonces podemos mirar a dentro de nosotr@s y explorar:
Qué quiero hacer realmente, y de corazón.
Qué siento en lo más profundo de mi ser, respecto esta situación.
Cuando tomamos conciencia de nuestros pensamientos, actos y sentimientos, y nos responsabilizamos de todos ellos, abrimos la puerta a nuestra libertad.
Allí donde nuestra esencia se inclina con todas sus fuerzas, hacia el torrente de la
vida.